Lo sé bien
estoy condenado.
Tras sentir el frío
aliento
recorrer mi nuca.
Pude ver a la rusalka
meciéndose lentamente
en ríos espectrales
rostro angelical
y colmillos de demonio.
Sangro al alejarme
del sabor
a vida negada
postrado frente
a la imagen del sacrificio.
Debo reconocer
que el viento
se ha llevado mi último aliento
y sólo queda
adentrarme
en fuego fatuo.
Cuando al escapar
los últimos rayos de luz
hacia los horizontes
absurdos
del espacio infinito.
estoy condenado.
Tras sentir el frío
aliento
recorrer mi nuca.
Pude ver a la rusalka
meciéndose lentamente
en ríos espectrales
rostro angelical
y colmillos de demonio.
Sangro al alejarme
del sabor
a vida negada
postrado frente
a la imagen del sacrificio.
Debo reconocer
que el viento
se ha llevado mi último aliento
y sólo queda
adentrarme
en fuego fatuo.
Cuando al escapar
los últimos rayos de luz
hacia los horizontes
absurdos
del espacio infinito.
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