lunes, 29 de octubre de 2018

Ante el atardecer.

Acércate
antes de que la lluvia
termine de llevarse
los escombros.

Relámpagos
a la distancia
cual mal augurio
no me desmoronaré.

Todo se habrá perdido
al llegar ante la tormenta
de ira divina
y carne en descomposición.

Al convertirnos
en ceniza viviente
algo en la bóveda celeste
me llama.

Por toda la eternidad
vagaré en las estrellas
tratando de ahuyentar
las pesadillas.

Que noche a noche
bajan a atormentarme
en risas melodiosas
que yo jamás podré imitar.

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