Las manecillas no dejan de moverse.
Sé que no he sido tan malo cómo dicen
o al menos eso me esfuerzo por creer.
Tan sólo ella puede hacerme tener éste pulso que hace
de mis simples garabatos algo que se pueda apreciar.
Tenemos una vida limitada
y quisiera pasar el resto
de mis oscuros momentos
bajo nuestro techo.
Mañana el destino se habrá de dar por vencido
ante mi negativa por volverme merecedor
de que tus ojos se hubieran postrado en mí.
Es momento de ser más que un maldito.
Las ultimas palabras
son algo importante
cuándo pretendes
llegar a ser poeta.
Tistes vestigios de una canción
a duras penas recordada del haragán
encienden la vieja chispa que
me hace rozar el cielo.
Imagen generada por IA
https://dream.ai/create
No hay comentarios.:
Publicar un comentario