Cansado de huir
de mi inminente
y desquiciado destino.
Sólo fui un sacrificio.
Pero en realidad nunca importó.
en la inmensidad del abismo eterno.
Viajé en de lagos de sangre
en barca de hueso.
Sólo en penumbras me siento vivo.
Extraño tanto
a los ayeres lejanos
entre suspiros
y buenos días.
Cuando la realidad era dulce.
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