viernes, 19 de octubre de 2018

07:47

Nunca sabré
sobre las
extrañas muecas
que el azul celeste
oculta.

Otra anécdota
perdida para siempre en los anaqueles
del basto tiempo

Sólo queda
ceniza bailoteando
al borde
del destello
de la luz infernal.

Al cerrar los ojos
en un suspiro y contemplar
el turbio deceso.

Una burla
ante el devenir abstracto
sólo una
linda sonrisa
sarcástica y misteriosa.

Recuerdos con sabor
al veneno de los cerezos
y la tibia brisa de invierno.

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