Al encontrar la silueta
de la cazadora de sueños
con una bala con mi nombre grabado en ella.
Me despido de la estrella naciente
desde siempre
destinado a perder
todo juicio y razón.
bajo el cielo estrellado
a merced del rocío.
Ella conoce todos
los rincones
de mi
mente trastornada.
Puedo culpar
al delirio
o a quien yo quiera.
Bajar la mirada
y negar que desde el principio
sabía que nada podría
salir bien.
Cuando sé bien
que todo fue mi decisión.
¡No!
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