Apostando el corazón
y algo más.
En noche tormentosa
justo a las tres de la madrugada
una nueva herida
brotaba aquel liquido.
Sonaban truenos
y sirenas de ambulancia.
Es inútil
ya es demasiado tarde
para todos.
Anunciada
por estremecedores
cantos de algarabía
de los malditos
y por siempre desterrados
de lo alto.
Abrumado por aquella
aparición espectral
de tez pálida
y negros labios.
Fue cuando por primera vez
la vida se vio
refleja en mi.
Y entonces junto aquella
mensajera de la muerte
brindé por los buenos tiempos.
Hasta el fin del nuevo despertar
y mucho mucho más allá.
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