domingo, 14 de octubre de 2018

Guía para suicidarse sin manchar la almohada

                             I

El reloj me juzga desde su vaiven en la oscuridad.
La noche está más profunda que ayer, que siempre.
El oxígeno parece contado,
¿el tiempo realmente está pasando?
Muevo los dedos de vez en cuando para asegurarme que realmente no he caído en la trampa de mi sueño. O que no haya muerto.

No logro detener mi mirada,
continúa presumiendome aquel ánimo pasado que colgué como recordatorio de que tengo una vida pegada.

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