Atrapado en decadente
celda de hierro
el único escape
correr hacía
aquel espacio lejano
Más me vale
comenzar
si es que
quiero
sobrevivir.
Prometo regresar
en cuanto me importe
volver a escuchar
el embriagante tono
de la voz del engaño.
Creí
ciegamente
en cada
dulce
palabra.
Al final del día
en insomnio, ansiedad
vómito y desesperación.
Los huracanes callan
un segundo
sólo para un suspiro.
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