jueves, 25 de octubre de 2018

Lo prometo.

Sólo importa
llegar al desenlace correcto
y al final
detener ambos sufrimientos.

Perdido en la lejanía
buscando
las llaves de la eternidad.

Se escucha
en un distante silbido
la promesa
nunca perdida.

Nunca he de confiar
en nadie.
No de nuevo.

Quisiera
recuperar la fe perdida
y volver
a creer y soñar.

Pero se ha perdido
en un abismo
del inmenso mar.

Si puedes
escuchar mi llamado.
Guarda
un poco de esa felicidad.

Puede que mañana
necesite
recordar como es estar vivo.

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