Nos hemos entregado
a las lágrimas del destino
y sus caprichos
en este nuevo
ciclo infernal.
Despegamos al olvido cual polvo al viento.
Hace tanto que lo perdí todo
ya no pedo recordar
como era tener
algo parecido a un hogar.
No vale la pena llorar
cuando las sombras
traen el remedio.
Ante el absurdo de esta vida.
a las lágrimas del destino
y sus caprichos
en este nuevo
ciclo infernal.
Despegamos al olvido cual polvo al viento.
Hace tanto que lo perdí todo
ya no pedo recordar
como era tener
algo parecido a un hogar.
No vale la pena llorar
cuando las sombras
traen el remedio.
Ante el absurdo de esta vida.
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