No sólo me arrebataste el alma
si no que también me arrojaste
al invierno del eterno lamento.
Tal vez ya lo hallas pasado pero
quisiera ser yo quien te quebrante.
El odio y el rencor siguen presentes
justo como entonces, a flor de piel.
Me pregunto si algún día podré
devolverte el favor de algún modo.
En realidad no me importa como
tan sólo quiero ser yo el culpable.
Daría lo que fuera por observar
como es qe tus ojos quedan vacíos
y tu cuerpo pierde toda su fuerza
dejando solamente el frío.
Después de todo sabes muy bien
cuanto significas para mi.
Así que entiende porque no puedo
permitirme olvidar los años perdidos
que sólo dejaron cicatrices profundas.
Tantas, que nunca logré recuperarme.
Camino entre arenas ardientes
y cristales afilados.
Intento encontrar una salida a todo esto
más siempre termino llegando a la misma
contundente y fatídica conclusión.
Deberás morir, ya sea por tu mano o la mía.
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