Grita mi nombre.
Cuando la noche
sea demasiado densa
y atemorizante.
Recuerda que yo mismo
habito en la penumbra.
No puedo negar que
tal vez reconozcas
el invierno eterno.
Más nunca te has atrevido
a apagar todas las luces.
Tomar el supuesto
camino del cobarde
y saltar al vacío.
Sé que nunca podrás
llegar a perdonarme.
Pero a estas alturas
te has convertido
en mi mayor tormento.
No me importaría
verte volver caer.
Me has dicho que
te encuentras al borde
de volver a morir.
Pues bien, eso es algo
que me encantaría presenciar.
He sido demasiado
paciente y constante.
Al fin he enloquecido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario