ante los lamentos
del desertor.
Incrusta
una estaca
de roble
y ébano.
En las entrañas
de un nuevo día.
Sofoca
la identidad
perdida
y mórbida.
Que alguna vez
te hizo tener
la ilusión de libertad.
No soporto
tu estúpida mirada.
Volveré
a cometer
mis antiguos pegados
sin titubear.
Quisiera pensar
que el exilio
ha servido de algo.
Sólo empeoró
las cosas.
Pues con el pasar
de los años
el remordimiento
se vuelve un tumor.
Destruye mis entrañas
estás en tu derecho.
Lo he dicho
una y otra vez.
Estoy perdido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario