jueves, 15 de octubre de 2020

Ante la tormenta.

He roto la cordura
y no me molestaré
en resistir el paso
de los vientos iracundos.

Pues con gusto
te acompañaré a la nube
tan sólo recuerda
que la caída será.

Terriblemente solitaria.

Por más que lo intente
no puedo dejar atrás
tu estúpido orgullo.

No es mi culpa
conocerte tan bien.

Me importas demasiado. 

No importa cuan orgullosa
o inquebrantable
quieras aparentar ser.

Puedo asegurarte
que el vacío terminará
quebrándote
tarde o temprano.

Eso es lo único seguro.

Sin embargo aprendí
que nada de eso importa
en realidad.

Mi camino se ha trazado
y simplemente no puedo
arruinar la vida
de nadie más.

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