cual estrella errante
o algún cometa.
En las entrañas de la realidad
la locura es la norma del día.
Tengo que encontrar la manera
de volver a los confines
que rompen la luz nocturna.
Al caer el telón de una noche
tan tormentosa que aturde el alma.
Se vuelve presente aquella
eterna molestia
que resonará en mi tumba.
Llevo años pudriéndome por dentro
hasta volverme un muerto viviente.
No tengo más opción que volver
a los más recónditos
rincones del universo.
Mi memoria se ha perdido
en un mar de lágrimas ensangrentadas.
Llévame a casa querida lunática
que ya estoy cansado
de tanto vagar sin sentido.
Deserté tan sólo para encontrar
el más funesto de los destinos.
Concédeme la eterna libertad
que el gélido tacto de tus labios
trae consigo.
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