lunes, 22 de julio de 2019

Refugio.

Incluso yo me sorprendo
cuando te encaminas
hacia las estrellas
y conviertes a los astros
en simples absurdos.

Un cerezo arranca
frenéticamente sus hojas
al escuchar las campanas.

Fueron aquellos dos luceros
quienes me arrebataron
en un sólo segundo
el aliento y alma.
Dejándome casi muerto.

Ese es el problema.
Al no haber terminado conmigo
puedo buscar venganza.

La Lluvia incesante
sólo es el primer paso
que te traerá de vuelta.
No importa si quieres o no
es el precio de tu voluntad.

Presumes llevar a Dios
siguiendo tus pasos
pero eso es sólo una mentira.

Una que necesitas
para no derrumbarte
cuando en las mañanas
tienes la desdicha
de mirarte al espejo.

Debemos aceptarlo.
Tu existencia es un error.
Uno que tiene remedio.

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