No vuelvas.

Pude escucharte gritar
mientras intentabas
ocultar tu presencia.

Siempre serás
la misma de siempre.

Incluso cuando
intentas negarlo
puedo ver lo evidente.

El paso lento
y despreocupado
te delata.

Fue lo peor
error que se te pudo ocurrir.

He conocido mil rostros
pero nunca una máscara
tan frágil como la tuya.

Sé cuanto necesitas
mantenerte oculta.

La verdad es que
no me importan tus intenciones
eres demasiado repelente.

O al menos
ese es tu efecto en mi.

Deja de buscar
conseguir mi atención.
Todo será en vano.

Tu lloriqueo
me saca de quicio.