lunes, 8 de julio de 2019

Espina.

Separo mi cuerpo y alma
en un salto de fe
esperando volver
antes del medio día.

Aparezco rodeado
de plantas
y miles de fotografías
esparcidas en el suelo.

Todas tuyas.

¿Que es este lugar
que me resulta tan conocido?

Subo las escaleras
giro a la izquierda
paso de largo
un librero vacío.

Detrás de mi
hay jaulas vacías
y un cuerpo sin vida.

El tiempo se detiene
pero mi cuerpo sigue moviéndose
y una puerta de negro ébano
con una dorada perilla
se encuentra a unos cuantos pasos.

Me pregunto que tan lejos
estoy dispuesto a llegar.

¿Debería retractarme
mientras que aún puedo evitar
encarar a mis demonios?

No hay nada que temer
incluso cuando ella termine
devorando mi carne
y masticando mis huesos.
Podré conocer mi verdadera suerte.

Abro la puerta y sólo
encuentro esta patética figura.

Recuerdo cuando solías
ser quien pudiera controlarme
y ahora eres tan frágil.

Deja de mirarme
de esa manera
y déjame ver
tu verdadero rostro
una vez más.

Esta vez
no tengo nada que perder
y siento la rabia
a flor de piel..

No hay comentarios.:

Publicar un comentario