martes, 23 de julio de 2019

Maldito.

Hacia donde sea que miro
siempre me encuentro
con la misma mierda de siempre.

Cada noche
justo como la anterior
y la que vino
mucho antes que ella.

Velando por la desgracia
de mi adorada alucinación.

Quien en sus desvelos
sabe que mis palabras
no son otra cosa
que un cáncer viviente.

Cada vez que cierro los ojos.
Cada vez que camino sin rumbo.
Cada vez que enciendo un cigarrillo.

Siempre has de estar ahí
vigilandome constantemente.

Eso es bueno
pues sólo de las cenizas
emerge el toque infernal.

Aquella triste maldición
de la que me he apropiado
sin derecho alguno.
Como debe ser.

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