lunes, 15 de julio de 2019

Es bueno estar loco.

Dejé de escuchar
las palabras de la loquera
cuando e convirtieron
en un discurso absurdamente
ridículo y monótono.

Nunca dejará de llover
y debo aprender
a sólo vivir con ello.

A veces es mejor
inventar una historia
y pretender por una hora
que me importa un carajo.

Juré incendiar el hospital
mientras me retorcía.
Eso nunca lo olvidaré.

Sé que al final
obtendré mi venganza
incluso cuando
eso signifique morir
en el intento.

Prometí romper sus ventanas
y derribar sus muros.
No podré olvidarlo jamás.

Sólo el fuego
conoce mi verdadera sed.
y mis ansias
por desatar la sangre
y el terror.

No podré descansar
hasta verlo
envueltos en llamas.

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