Escucharte jactar
de haber conocido
una de mis tantas máscaras
es hilarante.
Sobretodo cuando
sólo viste
lo que yo quería.
El señor Andras
nos espera en su altar
ansiando el momento
del sacrificio.
Una abrumadora
angustia carcomiente
aparecerá en ti.
Será en una noche sin luna
justo debajo
de aquel árbol de espinas
donde nos volveremos a encontrar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario