Una extraña figura
se apareció entre las sombras
con un tétrico mirar
que inspiraba terror
e infinita melancolía.
Un par de esferas al rojo vivo
brillaban en medio
de la inmensa penumbra.
Entonces me acerque a ella
sin apartar la mirada
de su tétrica presencia.
Caminaba lo mas lento
que me fuera posible.
Al haberme acercado demasiado
una voz grave, áspera
y completamente escalofriante.
Tras un rugido desgarrador
por fin me dirigió la palabra
mirándome directo a los ojos
Habría llegado la hora
de cobrarse mi alma.
Este es el precio
por haberme desecho
de mi humanidad.
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