Si algún día paso frente a ella, sonreiré, dejaré ver
un mundo mejor, la mentira debe prevalecer incluso con las heridas sangrando. Mentir en cada movimiento, cada mirada y perderme
un segundo más. La distancia del tiempo estará ahí después de esa tierna
sonrisa brotando del alma. La vida triste seguirá, con un suspiro diré “adiós”.
Acomodaré mi gabardina y seguiré mi camino.
Ella es la triste imagen que me mantiene despierto,
aun en mis múltiples intentos de suicidio, Azrael muestra sus lágrimas y otro
triste latido regresa la vida.
Levanta el vuelo en la madrugada. Desde la tierra
distante un grito más sórdido de lo que es humanamente posible. Quisiera no
poder escuchar los ecos que me llaman a encontrarle, a buscar en cada rincón
posible hasta volverla a ver. Las grandes arenas desérticas apaciguan la
desesperación cambiando el fuego por los viejos canticos sobre las tormentas.
Cae la calma, otra noche en el recóndito abismo. Siempre vacío, siempre muerto… el aparecer de alguna
estrella distante es la más grande maravilla, distrae el lamento. ¡Oh! Mi
siempre hermosa Consuelo.
Bailando en mi memoria día y noche ¡Por fin! Otra
señal de que estoy vivo.
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