domingo, 29 de julio de 2018

Nada.

Entre latidos atemporales
recuerdo mis últimos latidos
perdiendo la cabeza
entre rejas y batas blancas
la sangre pura salía de mi piel.

Soló queda el carmesí...

Corto las venas 
con navajas de diamante
y alguna ilución.

Nada como la esperanza.
Que mejor tortura
para algún soñador.

Amo quemar el alma.

El espectáculo de fuego fatuo
y caras del terror.

Perdido entre la neblina....
justo donde pertenezco
después de todo
Sólo quedan gusanos
y uno que otro lamento inaudible.

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