Cuantas veces te has preguntado si tiene sentido la vida, sintiendo la inmensidad de la levedad tan abrumante como las voces que cada vez se vuelven más constantes.
-cual es el punto de contenerte, e ignorarnos si sabes que nos vamos a divertir-
-!silencio!-
En que momento nacieron?, cuando descubriste que estaban ahí?, asechando y buscando el momento perfecto para atacar. Has demostrado cuánto significan para ti y aún así las sigues odiando; por qué no entra en tu cerebro que son parte de ti ahora.
Te encuentras caminando sobre la avenida principal y pasas por una pastelería, sientes la necesidad de entrar para observar lo que no puedes comprar, lo que incluye prácticamente cualquier tienda en el universo. De cualquier manera ya estás adentro, alzas la vista y la ves, parada en la caja comprando unas galletas de cuestionable sabor. Como se llamará? Tendrán el mismo nombre? Si así fuera sería una coincidencia demasiado inquietante. Acercándote al mostrador la observas discretamente, esos ojos color ámbar, esa piel tersa y ese cabello negro te descontrolan hasta el punto que no te das cuenta que ya estás en el mostrador hasta que la mujer atendiendo te pregunta que necesitas.
-Ah, yo solo... ... quiero comprar las mismas galletas que la señorita-
-Bien, tenemos paquetes de...-
Apenas prestas atención, solo la observas saliendo de la tienda
-Si, deme lo mismo por favor-
-señor le acabo de decir que ese fue un pedido-
-Bien entonces has el pedido a nombre de Cannan- y mientras lo dices vas caminando hacia la salida, pidiendo que no haya venido en carro o con alguien.
Como es la vida, ¿no es cierto?, cuantas veces habrás pasado por esa maldita tienda y solo hoy tuviste la necesidad de hacer el ridiculo frente a una empleada, pero hubo algo a cambio demasiado beneficioso para las voces.
-Bien, solo tienes que seguirla sin que se dé cuenta, hoy solo averiguaremos dónde vive-
-Deberías caminar más rápido-
-eres un imbecil si la dejas escapar-
Sigues caminando
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