martes, 24 de julio de 2018

Sueño roto.

Hemos quebrantado
el cristal que retenía
la esencia del asombro
y la fascinación.

Ya no queda nada
nada que valga la pena rescatar.

Sólo miles
de punzantes... fragmentos
perdiéndose entre las aguas.

Sólo queda observar
beber e imaginar aquella vida.

Es lo único que puedo hacer
como un simple espectador
ante el espectáculo de la vida.
Vivo, sí, pero no del todo.

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