Jamás imagine
la dicha de la muerte
hasta aquel día.
Tras algún
conjuro misticioso
y una mezcla de pastillas
la vida se borra.
Y vuelves a iniciar.
Una nueva vida
encencerrado entre
terapias
y "buenos deseos".
Todo se desvanece
cual humo de cigarrillo
una
y otra vez.
El suicidio no es tan
malo.
la dicha de la muerte
hasta aquel día.
Tras algún
conjuro misticioso
y una mezcla de pastillas
la vida se borra.
Y vuelves a iniciar.
Una nueva vida
encencerrado entre
terapias
y "buenos deseos".
Todo se desvanece
cual humo de cigarrillo
una
y otra vez.
El suicidio no es tan
malo.
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