Manecilla
diminuto tormento
segundero desbordante
de los tiempos rotos.
Terminan
las radiantes
puestas de sol.
Tras la revolución nocturna
los entes del manicomio
por fin serán libres.
El reloj
marca las tres y cuarto
al traar
de levantarme...
es inútil.
Lo siento
es tarde
las dudas fueron
desvanecidas
como la
esperanza.
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