lunes, 30 de julio de 2018

53:15

Mi vieja amiga.
Mi mayor fracaso
me he convertido
en todo aquello que siempre odié.

Un rostro sin nombre tumbado
un sucio ropaje raído
y un cigarrillo en la mano
entre la nada.

Pero
sólo los cobardes le temen a la penumbra
al fulgor que la noche revela
entre ecos de nada y algo

La obscuridad surgió
deambula en mi mente.

Lo que se ha perdido...

Se supone que valga la pena
la asquerosa existencia
y el poner un pie frentre a otro
haciendo aquella dificil danza
que nunca me llevó a nungún lado.

Bah.
Es lo justo
después de todo.

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