martes, 3 de julio de 2018

Ecos de la madrugada.

El miedo susurra
la trampa de las últimas palabras
del falso
adiós.

Enloquezco con cada
aberrante puesta de sol.

De nuevo la vida
me observa con aquella mirada
reniega
... soy su bastardo.

Duele respirar
ese es mi único consuelo.

Ver el horizonte
nunca volveré a tener
aquella mirada
soñadora.

La herida nunca
dejará su frenético punzar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario