sábado, 2 de marzo de 2019

Espectador.

He abandonado la piedad
sólo me impulsa la ira.
un dolor refinado
con la fuerza del odio.

No hay lágrimas hipócritas
que puedan salvarte.

Esta vez.

No es mi mano
la que manipula tu destino.

Tampoco depende de mi
escuchar tus últimas palabras.

Sólo puedo observar
desde lo lejos
como es que se acerca
y prepara
el golpe fulminante.

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