sábado, 9 de diciembre de 2017

Juego


¿La muñeca de porcelana perdida?
Se encuentra rota en la cesta del parque…
alguien quiso quemarla
apuñalarla, sacrificarla y quebrarla hasta el final.

Al parecer encontró
un mejor sacrificio, espejo y amigo
…la muñequita de vestido negro
y moño carmesí.

Distinguida basura
desechada por algún dueño indecente
que suerte la mía
“La vida es una mierda curiosa”

Digo mientras la pateo por la calle.


Mierda

Soy la desesperación
grito a los oídos de los sordos
creo truenos
y me retuerzo como una enorme sanguijuela.

Nada, nada en este mundo es real si el silencio grita
Pero…
¿Quiénes podrían atreverse a oírlo?

La cruda realidad me ha dado la espalda
ahora. Sólo tengo esta condena bien merecida

Mis gritos comienzan, comienzan a enfermarme
Pero me aferro como un adicto a su último pinchazo

Soy la desesperación
Soy la desesperación

Grito y grito más nadie puede escuchar.
Consuelo fue la primera en irse
cuanta falta me hace ahora.
Ella sabía cómo lidiar con este tipo de cosas.

Hay algo

No estaré                      
                 pues la simple imagen basta
nadie imaginaría como repelerme
y hacerme feliz al mismo tiempo.

Los astros, las nubes, la contaminación
el viento, las hebras y los metales.
Todos orgullosos de estar en tu presencia
        Indignos en sí.


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Inocensia

Escondido…
Oculto, piensa…
“¿Para qué moverme hoy?”

Sólo dile a Azrael
“Prefiero una espada en el pecho”
También pídele ser un poco cruel.

Abro los ojos. Ocultos
¿Escribirás algo sobre mí?
Te temo más a ti que a la muerte.

Linch

Dijiste que la caída no dolería.
Nunca dijiste
que yo
         ardería por dentro.

No tomaré el control
No temerá a las sobras…

Ellas son yo.

Cuántos años han pasado
El momento adecuado para morir.

Sacude mis harapos
¡El show! ¡El juego!
¡Mi destruida campaña!
¡Nos espera tanta diversión!

Toma mi mano…

Feliz

En lo más recóndito de aquel misterioso y extraño lugar donde las nubes grises y los cielos rojos, debo recordar, debo recordar… Todo se perdió, todo menos esta cadena de mierda.

El asqueroso bronce ata mi pierna ¡cómo desearía tener una segueta! Una sombra y una luz se asoman misteriosas, mientras qu el bailoteo de las chicas de onda y las prostitutas caras atormentan mi cerebro. “No me gusta inhalar, gracias ¿tendrías algún cigarrillo que me regales?” Digo mostrando una, una estúpida sonrisa, mientras aquellas simplemente ríen… “¡Basura detestable!” susurra gritando cubierto por aquella estruendosa y vomitiva música.

¡Rescátame! ¡Rescátame!

La peste humana me busca inclemente. Se reproduce y crece en mis entrañas. Alguien, apiádese de mí y queme de una vez. ¡Vamos todos al mismo infierno y vivamos junto con Satán! Que hemos de descender más, mucho más.

Obscura y mórbida, se acerca aquella figura inconsistente. Un demonio, un ángel o algún reptiliano. “¿Te puedo ayudar en algo?” Pregunté como el gentil caballero que finjo ser. “Suicídate, toma”. Puso un puñal en mis manos y se fue… misterioso.



Una o dos horas después veo a una mujer, vomita. Típico de estos lugares de mierda, la razón de ese hábito es lo importante en realidad. Mi propio cadáver.

Nunca. Nunca imaginé verme de esa forma. Muerto antes de los cuarenta, claro, pero… verme tan… feliz. Nunca.

Mi cuerpo reposaba sobre aquel asqueroso escusado. Con aquella, casi repugnante, pero hermosa sonrisa, se burlaba de los espectadores que con sus miserables corazones sensibles ante la demencia. Risas…

Sus siniestras risas rojas caían desde las puntas de las manos. Risas algo dementes surgían de sus brasas, riendo, riendo, riendo… El espectáculo principal, justo sobre la corbata. ¿El odio habrá sido tan grande como para desparramar carcajadas sobre toda la audiencia?

Al menos fue feliz, ¿No?

Recuerda a los rayos de sol

Es justo, justo como escuché
“el tiempo es el adecuado…”

No siento dolor
No tengo frío

Bríndame una cobija
Y una plegaria…
Inútil, pero halagadora.

“El día es obscuro”
Mas nada de eso importa
Sé que los terrenos nocturnos
Se han quedado atrás.

Mis viejos tesoros han muerto
Y mi cuerpo se ha oxidado

Pero el tiempo…