para saber que sigues siendo
lo más importante para mi.
Incluso cuándo finjo
no poder reconocerte.
Más me vale que no parezca
que tengo idea de dónde me encuentro
o puede que mi suerte desaparezca.
Tu felicidad vale mi silencio.
Mi falsa indiferencia
y mi desesperación por
romper la farsa.
Trágate mis palabras
para que al menos
las ulceras valgan
la puta pena.
Dime que no es casualidad.
Cuando la danza termine
encontrarás mi cabeza
servida en plata fina.
Hasta entonces
disfruta de mis versos
de mis rezos y los falsos consuelos
que suelo tomar cual ansiolítico.
En grandes dosis para que
duela lo suficiente.
En dosis mortales
para que ésta historia
valga la pena
ser contada.
Imagen generada por IA
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