Hay voces que no se pueden callar.

El culto a lo incognoscible me ha formado. Las respuestas están marcadas en la luz que impulsa mis actos. No intentes detenerme. No me dejarás opción al mostrar ser una vil pecadora. Muéstrame tus virtudes ante los dioses profanos de la carne mancillada.

Tus fluidos y torturas.

Tú sangre, pus y demás secreciones son mi única razón para seguir con vida. Prometo hacer que tu escancia permanezca junto a mí el mayor tiempo posible.

Mi deber y castigo habrán de reflejarse en luna carmesí.

No me permitas caer, no te atrevas a volver a soltarme.

Tú promesa ya se ha roto antes.

No eres mejor que yo y ese es el peor insulto que alguna vez has llegado a escuchar por lo real y ofensivo que es. No puedes negarlo. No puedes esconderte. Mi alma se ha fundido con la tuya y eso no se puede borrar.

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