lunes, 1 de junio de 2015

La puta más sórdida

¿Por qué tengo que caminar
en esta calle de mierda?

A donde quiera que volteo
adictos y teporochos
con pies de plomo.

Tener cuidado, nunca es demasiado.

No sé cómo decir
que me siento harto
de los chismes de barrio
y de las notas rojas.

Es que este ambiente congela el alma
y eso arde.

Aunque tenga buenos amigos
y una calle un poco tranquila,
lloro al ver mi ciudad.

Debo ver caras tristes
y sin esperanza.
con miedo…
al vecino, al enemigo
e incluso al amigo.

No se cómo es que crecí
en esta ciudad.

Hasta la fecha doy gracias
a esos amigos reales
por haberme apoyado
por haberme acompañado.

Me siento afortunado
aunque maldito.

Mi bienestar
es casi una injusticia.

Esa suerte simple
e injusta.

Moriría por ver futuro
en los rostros cotidianos
y no ver a la parca afilando su guadaña.

Recuérdame, aunque sea una pesadilla.

Soy ese vergonzoso pecado
ese recuerdo reprimido
un cáncer mental
algo que quisieras que no existiera.

Vago con paso acosante
aunque no sea mi intención
puedo recordar tu aroma
y tus brillantes ojos
al amanecer.

Soy un error
tal vez un espectro.

Esa sombra que vigila
un incómodo momento.







Esa sombra que me sigue.

Todavía no me acostumbro
a lo que la vida puede ser.

Un tanto pesimista, camino.

Aunque espero un final alegre
sé que estoy condenado.

La sangre y el azufre
se acercan cada día más.

Un estúpido hueso,
una hoja en blanco
y sangre derramada.

Simplemente no pueden
calmarme.

Siento un demonio dentro de mí.
Crece como el precio de la gasolina
y lleva consigo mi alma.

Como queriendo y no queriendo
llevársela.

Siendo sincero, quiero cerrar los ojos
y dormir eternamente.

Soy cobarde e imprudente
así estoy condenado
a transitar este sucio y sórdido
camino de mierda.

Imagen generada por I.A.
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viernes, 8 de mayo de 2015

Horizontes marchitos

¿Qué habrá en el horizonte
que se abre como si
nos diera la bienvenida a un nuevo día?

Los demonios de mi pasado
me impiden acercarme
dándome a recordar las penas.
Que me hacen sentir basura.

Puedo mover mis labios
pidiendo ayuda
pero nadie puede entenderme.

Quisiera sentirme cómodo
con esta situación.

Pero me siento violado
por cada recuerdo que me acosa,
cual fantasma iracundo

y sediento de sangre.

Mi nuevo espejo.

He sido vencido por mi mismo,
quisiera que nunca me hubiese cambiado.

El verano ya no es cálido
y el invierno es más frío.
¿Por qué tuve que
escoger mis fantasmas
antes que al calor vital?

Mis sueños nunca se vieron
tan lejanos.

Como si no fuese suficiente
haber olvidado el cielo azul
¡He olvidado mi rostro sonriente!

Soy un prisionero de guerra
olvidado incluso por sus captores.

Desearía poder sentir la tierra
en mis pies
aunque sea otra vez.


Ayer


Acostado en el pasto.
Como si el mañana preguntara
¿Qué ha sido de mí?

Ayer solía caminar,
solía correr,
solía gritar,
solía reír,
solía vivir

Pero el hueco se ha llevado todo
por lo que ahora
me encuentro solitario.
Sin un alma en mi cuerpo
cual vil zombi
tratando de correr otra vez.
.
Quisiera que no te hubieras marchado
pero esas decisiones

¡No me corresponden!

Paranoia

Nunca ha sido suficiente,
cerrar los ojos,
Pero tal vez así, se disiparía
aunque sea un poco
                            la
                               tormenta.

Tengo demasiado miedo
como para cruzar.
¿Te podría mandar
una paloma mensajera?

Quisiera describir mi estado,
sin ser patético.
Pero, el miedo y la impotencia
siempre han sido sinónimos
de vergüenza
al menos para mí.

La tormenta se avecina en la madrugada
como si fuese
la mismísima parca
dando pasos de gigante.

¿Qué tan mal augurio
debe ser este, que las consecuencias
se pueden sentir desde
este momento?

Tomaré mis calmantes
para poder dormir

Espero seguir vivo en la mañana.

Tristeza


La tristeza es:
Ese obscuro e inevitable callejón
que se toma, día con día.

Esa vacía taza de café
que preferimos no mirar.
Pero, sin embargo
la observas fijamente
en la mañana.

Es ese hombre solitario
sentado en el parque,
deseoso y temeroso
                           de
                               morir.

Es ese hueco en el asfalto
que día con día

se hace más profundo.