lunes, 1 de junio de 2015

Esa sombra que me sigue.

Todavía no me acostumbro
a lo que la vida puede ser.

Un tanto pesimista, camino.

Aunque espero un final alegre
sé que estoy condenado.

La sangre y el azufre
se acercan cada día más.

Un estúpido hueso,
una hoja en blanco
y sangre derramada.

Simplemente no pueden
calmarme.

Siento un demonio dentro de mí.
Crece como el precio de la gasolina
y lleva consigo mi alma.

Como queriendo y no queriendo
llevársela.

Siendo sincero, quiero cerrar los ojos
y dormir eternamente.

Soy cobarde e imprudente
así estoy condenado
a transitar este sucio y sórdido
camino de mierda.

Imagen generada por I.A.
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