que a mi mente
asedian noche
tras noche.
Quisiera tener
la fuerza para pedirte
dejarme morir.
Dime
si acaso logras
escuchar
mi lamento.
Déjame atrás
de nueva cuenta soy sólo
un testigo.
Pues no es sólo
tu historia
la que ha de mover
estas manos.
De algún modo
conseguí atraer
a las tragedias.
A pesar de mis deseos
he logrado conservarme
cual pesadilla
y maldición.
Sé que en algún
desdichado momento
solía ser dulce.
He de compartir
el dolor y la enfermedad
que me hacen ver la vida
con tanto desprecio.
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