de las lluvias disonantes
de algarabía y luces
resplandecientes.
Acalla las voces
que a media noche
declaran su arrepentimiento.
Me temo que
nunca será suficiente
desvanecer mis sentidos
rindiendome ante ti.
Mi más grande fracaso
y al mismo tiempo
mi malevolente creación.
He sido negligente
con mi terrible pasado
a pesar de ser lo único
que alimenta el desprecio.
Aquella tormenta
siempre ha de ser mi refugio
y tormento.
Una risa asesina brota
del abismo en qué me encuentro
suplicante canta gritos
de venganza insana.
Dame una sola razón
para volver a la luz
y dejaré todo esto atrás.
Aspiraré una bocanada
de tu reconfortante aliento
mientras el humo negro
termina por diciparse.
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