domingo, 8 de diciembre de 2019

Un buen día.

Nubes turbias inundan
un horizonte sangriento
y un estruendoso balbuceo
de voces distorsionadas.

El pánico se apodera
de cada fibra de mi cuerpo.

Concédeme un momento
de tu preciada vida
y te prometo que te arrepentirás.

Y vuelvo a escuchar
aquel llanto celestial.
Me ahogo en ansias
desquiciadas y agonizantes

Sólo otro mal sueño
que invade la realidad.

Estoy tristemente
acostumbrado
al frío desapego.

Pues sé muy bien
que una basura como yo
no merece una mejor
suerte de mierda.

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