Bajo la insidiosa tormenta
a la orilla del río
entre espinas
y obscura penumbra.
Deje de temer a la obscuridad
cuando pude observar su belleza.
Pétalos.
Tan engañosos
como una sonrisa.
Letales
como pocos venenos.
Florece el mal viviente
en colores taciturnos
y llenos de deseo.
Tas su inmensa belleza
máscara perfectamente diseñada
para ocultar aquellas
sus más siniestras intenciones
a la orilla del río
entre espinas
y obscura penumbra.
Deje de temer a la obscuridad
cuando pude observar su belleza.
Pétalos.
Tan engañosos
como una sonrisa.
Letales
como pocos venenos.
Florece el mal viviente
en colores taciturnos
y llenos de deseo.
Tas su inmensa belleza
máscara perfectamente diseñada
para ocultar aquellas
sus más siniestras intenciones
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