Apareció entonces
ante mi, la más bella luz
del cielo celeste.
Su piel se volvía
blanca porcelana
cada vez más
al pasar de las horas
y el día, convertirse en noche.
Al dar la hora más obscura
un blanco espectro
se mostraba ante mi.
Los segundos comenzaron
a alargarse.
La media noche debía ser eterna
o al menos pretender que lo era.
Ante mi se encontraba
entonces mi destino.
En todo su esplendor.
Danzando entre los astros
cual mística figura
alzando el vuelo
hacia lo más alto.
ante mi, la más bella luz
del cielo celeste.
Su piel se volvía
blanca porcelana
cada vez más
al pasar de las horas
y el día, convertirse en noche.
Al dar la hora más obscura
un blanco espectro
se mostraba ante mi.
Los segundos comenzaron
a alargarse.
La media noche debía ser eterna
o al menos pretender que lo era.
Ante mi se encontraba
entonces mi destino.
En todo su esplendor.
Danzando entre los astros
cual mística figura
alzando el vuelo
hacia lo más alto.
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