Por supuesto que te recuerdo, durmiendo tranquilamente en mis brazos, corriendo bajo la lluvia, hundida en la desesperación y con el deseo mortal emergiendo de tu mirar. ¡Oh claro que te recuerdo! Puedo recordar ambos lados de la moneda y también mis innumerables pecados.
Claro que puedo recordarte.
Pero lo que importa en realidad es haber dicho "Nunca más." Y eso es algo que no puedo darme el lujo de olvidar.
Sólo queda contemplar por siempre el silencio y la siempre oportuna obscuridad nocturna.
Claro que puedo recordarte.
Pero lo que importa en realidad es haber dicho "Nunca más." Y eso es algo que no puedo darme el lujo de olvidar.
Sólo queda contemplar por siempre el silencio y la siempre oportuna obscuridad nocturna.
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