martes, 11 de diciembre de 2018

Tiempos.

Podía ver mi aliento
escapando de mi cuerpo
como si supiera
la clase de culpa que cargo.

Acudí suplicante
los tonos de la sanación.

A espaldas de las manecillas del reloj.

Donde todo comenzó.

Pero ahora
que me he convertido
en todo aquello
que siempre he despreciado.

Me he vuelto
oxidado hierro viviente
hundiéndome cada día más
en esta obscura corteza.

Sujeta mi mano.

Esperemos juntos
por el final
de mi sufrimiento.

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