martes, 25 de septiembre de 2018

Prisionero.

A pesar de estar perdido en el tiempo
con demasiados ayeres por descubrir
sin idea de lo que pasa a mi al rededor.

Siempre he de escuchar el silbido
dulce cual brisa de ultratumba.

Es en el ojo del huracán
cuando la vida se apaga en el frío
y se pierde la esencia vital.

Esta noche, entre magia
y tétricos cánticos impíos.

El destino por fin ha callado
ahora ya no puedo sentir el calor
pero ya no hace no hace falta.

Vagar entre los escombros
de los olvidados buenos tiempos

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