El negro fulgor de los ojos de la muerte
nada puede hacerme olvidar
que dulce es
apostar
la vida propia.
Sólo al despertar
de una pequeña sobredosis
sé que me ha ganado mi pulso.
Jugar con la muerte
siempre es algo tentador.
Algunos voltios
y desesperadas convulsiones
pondrán una sonrisa en mi rostro
Una apuesta
sólo eso.
Una demostración
de que de cierto modo enfermo
merezco este enorme chiste al cual llamamos vida.
nada puede hacerme olvidar
que dulce es
apostar
la vida propia.
Sólo al despertar
de una pequeña sobredosis
sé que me ha ganado mi pulso.
Jugar con la muerte
siempre es algo tentador.
Algunos voltios
y desesperadas convulsiones
pondrán una sonrisa en mi rostro
Una apuesta
sólo eso.
Una demostración
de que de cierto modo enfermo
merezco este enorme chiste al cual llamamos vida.
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