Sentí el gélido sudor
recorrer mi cuerpo.
La daga obscura
atraviesa mi alma.
pude ver como te acercabas
y ponías fin al calor.
Puedo verte danzar
pálida figura
de ojos abisales.
¡Oh! Llévame contigo...
El júbilo se ha marchado
acabaron conmigo
las bellas palabras.
Tan falsas como el amanecer
que con tanta alegría anuncian
es tan fácil creer
para los condenados.
La supuesta cura
para las mentes enfermas
que en sombras deambulan.
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