jueves, 9 de agosto de 2018

67:93

Sólo pocos malaventurados
logramos
controlar la bestia del odio.

Un dogma demencial
lavó nuestras pocas esperanzas
ahora sólo queda esto.

Piel rota.

En algún ligar obscuro
tras el velo de la indiferencia
Elegimos el dolor.

Es demasiado fácil
aprender a sonreír
y ser parte inconsciente.

Del ridículo espectáculo.

No importa
todos lo somos
al final.

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