Aparece la cruenta luz del sol
siempre tan inesperada
maldecida e inoportuna.
¡A la mierda el despertar!
Como el místico
hombre sin vida
consumido.
Somnolencia salvadora
olvida los tesoros del mañana
la vida apesta.
Al terminar la semana
se ha perdido la fascinación
el anhelo tan ansiado.
La noche vuelve.
Es hora de volver a soñar.
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