o aparentemente distante
aburrimiento de la vida
llega como un impertinente recuerdo.
se rompen las tradiciones más elementales.
Los viejos asesinos seriales
pierden creatividad.
Los escultores del horror
son cada vez menos osados.
Los suicidas
simplemente se cuelgan.
Una vez más ha llegado a mi puerta
en una visita inesperada
aquella tenue presencia, casi imperceptible.
Es hora de jugar
y darle la espalda a la vida
un supuesto último beso
al rojo vivo.
Imagen generada por I.A.
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